Dos Contra Una, Un Debate Sin Perspectiva de Género.
El Estado de México es una de las entidades más complejas del país, esto debido a su extensión geográfica, diversidad y; sobre todo, por el saqueo del que ha sido objeto durante décadas. Para explicar qué define a esta entidad, es absolutamente necesario hablar de cifras que lo destacan a nivel nacional, sin embargo, éstas muestran, en su mayoría, lo negativo y oscuro que las y los mexiquenses llevan años viviendo y sufriendo.
El Edomex ocupa el primer lugar a nivel nacional de feminicidios; pues de enero a diciembre de 2022, ocurrieron 138 casos de asesinatos de mujeres con perspectiva de género. Asimismo, en los últimos seis años, se elevó este delito en un 145%, y en un 22% de los casos, la pareja sentimental fue el agresor. Centrándonos en este aspecto, se puede ver que existe una descomposición social grave que ha llevado a límites negativos a los núcleos familiares. Aunado a esto, también es imprescindible hablar de la inseguridad, la falta de políticas públicas, el pésimo actuar de policías y fiscalías, y el vacío de políticas públicas adecuadas, para que una entidad tan grande y potencialmente fuerte pueda brindar una adecuada calidad de vida a sus habitantes.
Y fue precisamente el tema de violencia de género y feminicidios, uno de los cuatro temas abordados ayer en el Debate entre las candidatas a la gubernatura del Edomex, Delfina Gómez (Morena-PVEM-PT) y Alejandra del Moral (PRI-PAN-PRD-NA). Al respecto, las promesas de terminar con esta terrible problemática no se hicieron esperar, siendo Del Moral la más enfática en decir que la prioridad será atender y ayudar a las mujeres; sin embargo, como se dice coloquialmente: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”, pues la priista fue agresiva en más de tres ocasiones al dirigirse a su contrincante morenista; la minimizó y la acusó de ser un cero a la izquierda en la toma de decisiones en su equipo de campaña.
Alejandra del Moral no solo continuó con su discurso simplista de apoyo a la mujer mexiquense, sino que al tiempo no dejó de atacar a Delfina Gómez con un mensaje entre líneas en las que llamó a la morenista corrupta, inmoral, incapaz y pelele de hombres. Repetía una y otra vez que Delfina no podría gobernar, pues no sabe lo que es trabajar y atender una familia. Su discurso minimizaba a la otra por ser “soltera”; pues para los priistas el aparentar una familia feliz es primordial para las campañas.
La maestra se mostró paciente, o más bien pasiva, intentando no responder a las agresiones y dando a conocer sus propuestas; sin embargo, no es buena oradora ni destaca por expresarse correctamente en público, pero contrario a lo que se esperaba, esta situación no fue la piedra en el zapato, sino que fue el ataque e interrupción constantes de la “moderadora” del debate, Ana Paula Ordorica, quien no disimuló la inclinación priista que la ha sostenido a lo largo de los años. A pesar de la defensa de diversos colegas de la conductora de noticias y de la negación categórica que ha hecho en medios de haber ejercido presión sobre Delfina Gómez, es claro, que se ejerció violencia con perspectiva de género en un ejercicio de intención democrática en el que no se dejó claro al electorado, cómo se va a afrontar un hecho tan grave contra mujeres, niñas y adolescentes.
¿Quién gano? Desde mi perspectiva ganó la incoherencia y la subjetividad y perdió el electorado que esperaba datos concisos y planes de trabajos reales. Con esto se deja ver que las candidatas no tienen un plan de combate bien estructura en favor de las mujeres, pero sí muchas promesas que no coinciden con el actuar de ellas y sus equipos. Muchos son los analistas que dan la victoria a una u otra, pero solo las y los electores mexiquenses tendrán la última palabra el próximo 4 de junio.
