Carta a Fátima, Tristemente, a Un Sin Número de “Fátimas”
Mireya Flores Cortés.
Ha pasado un año de tu lamentable caso, pequeña #Fátima. Tú una menor de edad que, lamentablemente, fuiste víctima de seres despiadados y dementes, pero también lo fuiste de la indiferencia social, del descuido familiar y de la incompetencia de las autoridades en la búsqueda de personas desaparecidas.
Una denuncia por desaparición pocas veces es tomada con la seriedad debida, con la rapidez debida y con eficacia necesaria para poder evitar que haya conclusiones fatales.
Dudé mucho en escribirte, por respeto a tu memoria, linda niña (solo a tu memoria y a nadie más), sin embargo, decidí sí hacerlo, porque #Fátima nos doliste a todos, nos cimbraste a todos y tu extravío movilizó a un pueblo entero para tu búsqueda. Compartimos tu foto, en el mercado preguntábamos por ti, pedimos a periodistas que hicieran visible tu caso, todo eso antes de saber en qué terminaría el hecho.
Pienso que es importante nunca olvidarte, no como un acto morboso, sino como un símbolo de unidad ante más posibles desapariciones –espero no sucedan más-, ya sea de hombres o mujeres y más aún cuando se trata de pequeñas y pequeños que son los más inocentes, así como lo eras tú.
Quiero contarte, que pocos días de haber encontrado tu cuerpo, la cantante Vivir Quintana escribió “Vivir sin miedo”, una canción dedicada a tantas y tantas mujeres a las que les han arrebatado la existencia o simplemente no aparecen, en esa canción está tu historia, como una forma de conmemorarte y, precisamente de NO OLVIDARTE NUNCA, ni a ti ni a tantas y tantas pequeñas “Fátimas”.
El fragmento de la canción dice así:
“Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa
Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria
Soy la niña que subiste por la fuerza
Soy la madre que ahora llora por sus muertas
Y soy esta que te hará pagar las cuentas…”
Me despido, deseando que donde estés goces de toda la felicidad que cualquier pequeña y pequeño merecen.